La gestión eficiente del agua necesita la producción de datos meteorológicos e hidrológicos fiables y representativos. Para ello, se instalan estaciones de monitoreo, las cuales pueden estar equipadas con sensores que permiten la toma digital y continua de datos a una frecuencia de tiempo muy pequeña; o se realizan mediciones puntuales, cuya frecuencia suele ser más alta dada la necesidad de tiempo y recursos logísticos para ello.
En zona árida y montañosa, la heterogeneidad temporal y espacial de las variables hidrometeorológicas y la complejidad de los procesos hidrológicos e hidrogeológicos involucrados, requieren disponer de una cantidad más importante de datos, tanto espacial como temporalmente, para generar modelos hidrológicos e hidrogeológicos predictivos. Sin embargo, las condiciones climáticas extremas y la dificultad de acceso son un limitante a la producción de datos en estas zonas.
Es el caso del norte de Chile, una de las zonas más áridas del mundo y, sin embargo, con una población en constante aumento a la par de un crecimiento socioeconómico desde el inicio de los grandes proyectos mineros en los años 90.
Desde 2011, trabajamos en la generación de datos meteorológicos e hidrológicos en la Región de Tarapacá, norte de Chile. Especialmente en las zonas más altas y de más difícil acceso, donde de hecho, viven comunidades que necesitan entender los impactos antrópicos que afectan su modo de vida ancestral.
Mediante varias metodologías (instalaciones de estaciones y sensores en ámbitos remotos, monitoreo manual, monitoreo participativo y uso del conocimiento local y ancestral), logramos generar datos de precipitación, caudal, niveles piezométricos y calidad de agua que permiten caracterizar los procesos hidrológicos e hidrogeológicos en las cuencas afectadas por el cambio climático y actividades mineras de gran escala.